PARASHAT "KORAJ" KORAJ Bemidbar – Números 16:1-18:32 Por la Rabina Daniela Szuster, Beneficio personal – Bienestar comunitario En la parashá de la semana pasada, Shlaj Lejá, leímos acerca del episodio de los Meraglim, doce espías, que fueron a observar cómo era la tierra, las ciudades y los habitantes de Cnaan para poder conquistarla. Como recordarán, dos de los Meraglim dijeron que era posible conquistar la tierra y diez dieron un informe negativo, logrando que todo el pueblo fuera totalmente escéptico a esta iniciativa. A partir de este episodio, D”s decidió que el pueblo deambulara cuarenta años por el desierto hasta que naciera una nueva generación, quienes serían aptos para conquistar la tierra de Israel. Una generación libre, sin ataduras ni mentalidad de esclavos. Esto, sin duda, produjo una crisis muy grande dentro del pueblo. El pueblo fue sacado de Egipto para ingresar a la tierra prometida y resulta que ahora, se trunca su destino. Tendrán que dejar pasar el tiempo hasta morir en el desierto. ¡Qué más triste y desolador que quedarse estancados sin poder avanzar! En este contexto de crisis, desilusión y desesperanza, aparece, en nuestra parashá, el personaje de Kóraj. Cuenta la Torá que Kóraj lideró una rebelión contra Moshé y Aharón, en la que participaron unas 250 personas de renombre. ¿Cuál era el motivo de la protesta? Dice en la Torá: Se congregaron contra Moshé y Aharón y les dijeron: ‘¡Bastante para vosotros! Pues toda la asamblea, todos, son consagrados y en su seno está Adonai. Y ¿por qué os enaltecéis por sobre la congregación de Adonai?’ (Bemidbar 16:2-3). La Torá nos cuenta que Kóraj y su gente fueron castigados por dicha rebelión. Esto nos enseña que la protesta de Kóraj no era pertinente. Tenía malas intenciones. ¿Por qué? Quizás porque Kóraj fue un oportunista, aprovechó el momento de crisis que vivía el pueblo, momento en que estaban desilusionados y tristes por tener que deambular cuarenta años por el desierto. Como había descontento en el pueblo, Kóraj pensó que era una buena ocasión para rebelarse contra Moshé y erigirse él como el nuevo líder del pueblo. La lógica era: si el pueblo estaba en una crisis profunda, en un estado de desasosiego y sin aliento, era el momento ideal para derrocar al líder del momento, ocupando su lugar. Situación similar a los tantos golpes de estado vividos, especialmente, en diferentes países de Latinoamérica. Se podría decir que el gran error de Kóraj fue haber pensado en su interés personal frente al beneficio del pueblo en general. Él no pensó en Klal Israel, en lo que podía ser constructivo para el pueblo, sino en lo beneficioso para su persona. No le importó que empeoraran las cosas a partir de su accionar; el pueblo no era su preocupación, sino el cargo de jerarquía que él podría ocupar. ésta fue su gran falta: querer ser líder del pueblo, olvidándose del pueblo. Dice el Talmud Babli en Masejet Taanit: Cuando el pueblo de Israel está sumido en desgracia y uno de sus integrantes se aleja tomando un camino propio (rehusando compartir su sufrimiento), los dos ángeles que lo acompañan se le acercan, colocan sus manos sobre la cabeza y dicen: ‘dado que este hombre se ha separado de la comunidad en su angustia, que tampoco vea su consuelo y alegría’ (Talmud Babli Taanit 11a). Muchas veces ocurre, en diferentes ámbitos de la vida, que la gente propone ideas, proyectos, iniciativas que no tienen como fin el bien común sino el beneficio personal. La sociedad moderna, con su visión individualista de la vida, nos impulsa a preocuparnos solo por nuestro bienestar, nuestra ganancia, sin pensar si eso es bueno o no para todos. Nuestra tradición, a lo largo de la historia, ha desarrollado una gran destreza por la vida en comunidad. Lo que nos mantiene judíos, de alguna manera, es poder vivir en comunidades en el país que vivamos. Comunitariamente es esencial poder pensar en necesidades y beneficios macros y no tanto micros. Pensar en la comunidad y no tanto en la preferencia y beneficio individual. Si cada dirigente pensara solo en sí mismo, no sería posible la existencia de una comunidad. Lo que es bueno para uno, no es necesariamente bueno para la congregación. En este sentido, Parshat Kóraj nos enseña que no deberíamos aprovecharnos de los momentos de crisis, desesperanza y frustración de personas, comunidades y organizaciones, privilegiando nuestro bienestar, sino buscar las diferentes maneras de construir lo destruido y ver cómo transformar las lágrimas en alegría, el sufrimiento en bendición. Quiera D”s que nuestras miradas estén puestas en beneficio de nuestras Kehilot y en Klal Israel. Shabat Shalom! Rabina Daniela Szuster Este comentario de la Parashá es realizado por la Unión Judía de Congregaciones de Latinoamérica y el Caribe y puede ser reproducido citando su origen. |
Mitzvot Koraj 388. Cuidar el Mikdash (Templo) Parashá del Sefer Torá Lee aquí la porción de la parashá Koraj del Sefer Torá ó lee en el siguiente enlace igualmente la porcion de la parasha Koraj en la fuente de http://www.tora.org.ar/
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Viaja a Israel desde Madrid por El-AL |